Mensaje de Bienvenida


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El ordenamiento jurídico puede ser visto y analizado desde distintos puntos de vista y en todos aquellos roles que desempeña el hombre como protagonista de la vida jurídica.
El gobernante, el legislador, el juez y el abogado tienen distintos puntos de vista respecto del derecho, lo que implica que asuman perspectivas diversas según los intereses en juego y los roles que deben desempeñar.
El gobernante usa el conocimiento de las normas para alcanzar ciertos objetivos particulares generalmente incorporados en la constitución del Estado. Para él, el derecho es una herramienta de progreso social. El gobernante habla de las normas a los fines de provocar, del legislador, el eventual cambio o reforma de las normas en orden a su plan u objetivo de gobierno.
El legislador, al igual que el gobernante, usa el conocimiento de las normas generales para crear otras normas de carácter general. No habla acerca de ellas, sino que, las aplica al crear otras normas generales.
El juez, al igual que el gobernante y el legislador usa las normas generales, pero a diferencia del legislador, solo las usa para aplicarlas al caso individual sometido a su consideración y para crear la norma individual que resuelve el caso sometido a su decisión. El juez no habla de las normas, las aplica. Los jueces sólo hablan de las normas a través de su sentencia.
Finalmente, el abogado, al igual que el gobernante, el legislador y el juez, usa de las normas, pero a diferencia de los otros, lo hace como una labor técnica. Su misión no es hablar acerca de las normas, tampoco crea normas de carácter general o particular, ni aplica las normas a los asuntos que se le confían. El abogado usa las normas para argumentar ante el juez a los fines de provocar una decisión a favor de su cliente.
Al argumentar, el abogado despliega la función técnica de presentar, ante el tribunal, el mejor escenario posible de los hechos y la construcción normativa más adecuada para obtener la resolución judicial que mejor satisfaga a los intereses del cliente.
El fallo judicial no es nunca la conclusión necesaria de un silogismo, sino es siempre una decisión que, como tal, presupone una elección entre varias posibles sobre una cuestión debatida. La necesidad de argumentar se presenta cuando no es posible brindar una demostración rigurosa de nuestra posición. Más aún, incluso después de haber logrado la verificación de una tesis es necesario, además, persuadir a los demás por medio de una argumentación eficaz.
La argumentación, por lo tanto, constituye un razonamiento formulado con el propósito de conseguir la aceptación o rechazo de una tesis determinada. La aceptación o rechazo de esa tesis dependerá de la eficacia o ineficacia de la argumentación que le sirve de apoyo.
En los procesos judiciales es necesario establecer la prueba de los hechos valiéndose de ciertos medios o indicios, que a menudo se contraponen unos a otros. La argumentación jurídica infiere, de los indicios, la existencia o inexistencia de otros hechos que son considerados, por la experiencia, como la única explicación práctica posible de tales indicios.
Precisamente, una de las áreas menos exploradas de la filosofía del derecho lo constituyen las cuestiones relacionadas con la aplicación y argumentación del derecho. Cuestiones vinculadas a considerar el derecho como una práctica argumentativa.
El presente blog intenta presentar, entre otras cosas, las herramientas básicas de la argumentación en general y la argumentación jurídica en particular, su examen crítico y su aplicación a casos prácticos jurisprudenciales.
El objetivo es mostrar las técnicas y habilidades necesarias para interpretar las decisiones judiciales desde las estructuras básicas del razonamiento jurídico, tanto en su racionalidad como en su razonabilidad. 
Es nuestro deseo que juntos podamos cumplir con lo propuesto.
Imerio Jorge Catenacci 

Consultas

Cualquier consulta o inquietud puede dirigirla a la dirección derechoyargumentacion@gmail.com .